lunes, 21 de abril de 2014

Luarca, la villa blanca de la costa verde


Luarca no puede ser más maravilloso. En esta villa nací yo hace unos cuantos años, bastantes por cierto y sin embargo solamente estuve en ella hasta los 3 años. Por avatares de la vida mis padres,  mi hermano y yo emigramos a Sudamérica, concretamente a Barranquilla (Colombia) volviendo todos en los años 70 para quedarnos definitivamente en España. Tampoco escogimos Asturias como destino final porque la situación laboral nos llevó a afincarnos en Madrid que nos acogió muy bien. No obstante,  hemos visitado nuestra tierra, Luarca, todos los veranos desde que estamos aquí, y yo por mi parte he aprendido a quererla mucho. Os voy a contar un poquito como era Luarca cuando vine la primera vez allá por el año 1972.

Unos de los primeros lugares en el que me paré fue en el cementerio. Es cierto que hay cementerios preciosos, que transmiten una paz inmensa, pero cuando llegas al camposanto de Luarca te olvidas de todos ellos. No es un mal sitio para pasar la eternidad: lápidas blancas, una vistas increíbles, la tranquilidad del mar, la animación del puerto, el romanticismo del faro y buena compañía porque aquí yace el científico Severo Ochoa. Existe hoy en día una ruta por los lugares de la vida del premio Nobel Severo Ochoa en Luarca: la casa donde nació, la casa donde vivió, su museo, la playa que visitaba en su niñez...


Estuve un buen rato embelesada con el paisaje que se divisa desde el cementerio. Cuando salí de allí,  me acerqué al faro y a la pequeña iglesia situada en la zona de la Atalaya, a unos pasos del cementerio. Aquí se encuentra Jesús el Nazareno del que son muy devotos los luarqueses.


 Al ubicarse la villa entre dos montañas, ofrece al visitante unas excelentes vistas desde sus dos costados. En la parte derecha se encuentra el mirador de La Funiar, y por el lado izquierdo, el mirador del Chano. Una amplia ensenada abrigada de los ataques del mar por sendos espigones alberga las denominadas playas primera y segunda de Luarca.
Junto a las playas 1ª y 2ª de Luarca, completa el conjunto de playas arenosas de Luarca, la playa de Salinas, la 3ª,  de la capital de Valdés y animado centro veraniego.



Ya abajo, por las calles de detrás del puerto, hay tiendas y en sus escaparates se abarrotaban las fabes, botellas de sidra y unos “bollos preñaos” que quitan el hipo. Los probé todos: de chorizo, queso, jamón y queso… después del atracón “bajo en calorías” qué mejor cosa que recorrer el pueblo. Además de pasear por el puerto y subir al faro y al cementerio, en Luarca se puede visitar el barrio de pescadores, conocido como barrio de Cambaral, por una leyenda de piratas (por cierto soy oriunda de este barrio). Aquí os dejo la leyenda:



“Hace mucho tiempo, había un pirata llamado Cambaral que tenía a la población aterrorizada. Harto de sus fechorías un noble de Luarca le tendió una trampa y consiguió capturarle. Antes de entregarlo a la justicia, decidió curarle las heridas en su casa y su hija, con un gran corazón (y más curiosidad que otra cosa por eso de tener a un mozo cerca por pirata que fuese) se empeñó en atenderle (a quién se le ocurre). Pasó lo evidente: se enamoraron y decidieron escapar antes de que Cambaral tuviese que cumplir con la ley. (Como veis se empieza a mascar la tragedia). La noche que huían, ya en el puerto, el padre los descubrió besándose y los decapitó con su espada. Las cabezas cayeron al mar y los cuerpos quedaron abrazados. En ese mismo lugar, años más tarde, se levantó el puente que se conoce como el puente del beso, uno de los siete que hay en el pueblo.”
 

Si os adentráis por las calles del pueblo, encontraréis magníficas casas señoriales. En el barrio de Villar se encuentran las mansiones construidas por los emigrantes de finales del XIX y principios del XX.
 Luarca cuenta con una gran riqueza arquitectónica, entre los edificios más sobresalientes se encuentra el Palacio del Marqués de Ferrera, parte construido en el siglo XIII,  actual casino; o el edificio del Ayuntamiento.
Fuera de Luarca, pero dentro del concejo de Valdés, se puede visitar los pueblitos de Trevías y Brieves. Si estamos allí el último fin de semana de julio hay que ir a la braña de Aristébano y preguntar por el festival Vaqueiro que incluye una boda tradicional con cánticos.
Los festejos de San Timoteo, patrón de Luarca, se llevan a cabo a lo largo del mes de Agosto, comenzando primer día del mes con la romería de Santa Águeda y finalizando el 22 de Agosto, con la romería de San Timoteo.


El 15 de agosto se celebra la fiesta del Rosario,  declarada de interés turístico y en la que la Virgen efectúa un recorrido por el litoral acompañada por todas las embarcaciones del puerto engalanadas con flores y banderas.

La gastronomía de Luarca, como no podía ser de otra forma es indisoluble -a pesar de algunas peculiaridades- de la historia y evolución de la Cocina Asturiana Tradicional basada en el respeto por unos productos excepcionales, la sabia gestión de los productos de temporada (cada uno en su momento óptimo del año) y la amorosa dedicación de cocineras y cocineros, profesionales y particulares, durante muchos años. Platos como fabes con almejas, el potaje, la fabada, buenos pescados, arroz con leche, los frixuelos, etc.



 También es casi obligatorio, que todo aquel que viene a Asturias, "salga de sidras". La mejor forma de relajarse y pasar un buen rato en pareja o con amigos. Ven a Luarca a vivir esta experiencia y conoce el Pueblo Más Bonito de  España.


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